Ahora que está tan de moda esa palabra.....¿cómo se dice?....ah, sí, REINVENTARSE.
Sin duda una palabra de moda en los tiempos que corren. Pero hay gente que nos vemos abocados a ello, no por que nos hemos quedado sin trabajo si no por el simple hecho de respirar y vivir.
Tengo 35 años, soy enfermera y tengo un trabajo estupendo, pero la enfermedad me ha hecho abrir los ojos y plantearme opciones, que hasta ahora, nunca había contemplado.
Pese a tener un diagnóstico me siento francamente incomprendida. Pero me niego a resignarme.
Padezco una enfermedad de esas mal llamadas RARAS, creo que sería mejor denominarlas INFRECUENTES, llamada acromegalia.
Soy afortunada, por que las cosas van relativamente bien, lo que equivale a decir que mis cifras de IGF-1 están controladas, pero lo cierto es que la enfermedad me impide llevar la vida que tenía antes.
Mis médicos solamente ven números, se trata de estar en rango o no estarlo, y cuando comento "sí, pero es que estoy agotada", la respuesta es siempre la misma... será de la medicación, será de la enfermedad... no se puede hacer nada, y con eso me quedo. Es duro.
Lo peor es cuando la gente te dice: "pues tú dices que te encuentras regular pero se te ve bien, yo te veo estupenda". Yo entonces me pregunto, -aunque me cuido mucho de no decirlo en voz alta-, no sé si es que preferirían que fuese llorando por los rincones.
Pero la realidad, la realidad es otra. Por las mañanas estoy bien, voy al trabajo y ejerzo de la mejor manera posible pero por las tardes.... las tardes son otra cosa, son pésimas. Es entonces cuando siento una agotamiento extremo, y no hablo del cansancio habitual que todos padecemos o hemos padecido a las ocho de la tarde después de una jornada infernal, hablo de una fatiga que aparece a las cinco de la tarde y ya no me abandona, de un agotamiento que me impide acompañar sola a mi hija al parque por temor a no poder atenderla correctamente.
Y la situación que vivo es que pese a tener reconocida una minusvalía que supera el treinta tres por ciento, sigo yendo a trabajar porque no puedo permitirme el lujo de dejar de hacerlo (como tantos otros), pese a que ello implique que rindo en el trabajo pero cuando llego a casa dejo de existir para mi familia, y no porque ellos no me tengan en cuenta.
Así es que la palabra REINVENTARSE, cada vez se acerca más a mi realidad. No sé a qué me voy a dedicar, no lo he decidido, pero sí es cierto que empieza a fluir en mi cabeza esa idea de cambio obligado por las circunstancias y adaptado a mi día a día.
Existe esa otra parte de la enfermedad que no se ve y que solamente sufren el paciente y su familia más cercana. Y ésta, es sin duda la realidad de miles y miles de personas que padecen enfermedades crónicas e invalidantes sin llegar al extremo de esas otras enfermedades terribles que sí te impiden trabajar.
En mi caso, como ya dije, soy afortunada, y quizá pienses que hay cosas más graves. Cierto es.
Pero es mi enfermedad. Estudié para ser enfermera y no siento que esté dando el cien por cien a mis pacientes, pero a día de hoy, la fatiga y la falta de concentración que la acompaña no son suficientes para tener derecho a una reducción de jornada sin repercusión económica. Así funciona el sistema... así nos va la vida.
Así que a reinventarse toca.
SGR
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