- Oiga, no me empuje que no hace falta
Tenía que tocarme a mi. Si ya sabía yo, cuando pasé por debajo de la escalera y vi aquel gato negro, que algo me iba a pasar. Pero justamente hoy...no había gente en el andén, no, justo yo. A mi me ha tocado la tarea ineludible de mantenerme, aquí quieta, esperando que el dichoso tren aparezca para subirme en él camino de vete a saber tú que lugar... Mira, ya llega.
- Oiga, oiga, que ya subo, no hace falta que siga apuntándome con esa pistola.
SGR
No hay comentarios:
Publicar un comentario